Pituco, un Pintor Indaliano

Quiero ante todo, señalar mi descuido de atención en 30 años de coleccionismo hacia la figura de Pituco, y aún más cuando a día de hoy, el reciente conocimiento de su obra me despierta profunda admiración e interés, como artista imprescindible en la historia del arte almeriense del siglo XX, junto con Ginés Parra y Federico Castellón.

Su escasa presencia, hasta ahora, en publicaciones y exposiciones, dentro o fuera del llamado Movimiento Indaliano, han contribuido a mi distancia como observador de su Saber y su Poder creativo. Hasta el punto de no mencionarlo en las publicaciones que hasta ahora he gestionado, incluida la web de difusión de vanguardias de la pintura almeriense, que creé con ese objetivo, y en la que ahora trabajo para difundir su obra como inclusión preferente.

Hago referencia al texto de José Andrés Díaz que me impactó; por decir tanto con tan poco, tan acertado, con motivo de su dedicatoria del libro de Picasso con que obsequió a Pituco. Las imágenes de sus obras, publicadas en este libro, completan el sentido de esta frase.

Y así fue, Pituco comulga con los lenguajes de expresión artística más vanguardistas. Estudió a Miró, Picasso, Óscar Domínguez, Matisse, Gutiérrez Solana, Zabaleta... para conseguir ser “nativo” y hacer suyo, desde dentro, cada uno de estos lenguajes; porque el resultado de su trabajo no es consecuencia de copiar, me atrevo a afirmarlo así al acompañarme de su obra expuesta a la vista de todos.